Metacognición. Conexión con la Cognición y Motivación
Centrándonos
en la definición literal podríamos decir que metacognición es el conocimiento que
posee una persona sobre el conocimiento y sus procesos. ¿Para qué le sirve? Para
que pueda concientizar el contexto de aprendizaje y avanzar, en la medida que valore
sus conocimientos sobre contenidos y procedimientos, sus propios recursos y los
del entorno, con la finalidad de conocer qué quiere lograr, qué dispone para
ello y qué necesita para alcanzarlo.
Varios términos se
asocian con la metacognición de acuerdo a diferentes autores, como son, autoobservación
y autorregulación (autoindagación, autocorrección, autodirección) con respecto a sí mismo, la tarea y las
estrategias (Flavell[i]). Es una condición
que permite al estudiante analizar los factores y actuar con eficacia, en la planificación,
administración y evaluación de la situación de aprendizaje, su cognitividad,
percepción, motivación, expectativas y los conocimientos que posee y desea
alcanzar.
Generalmente en la
escuela, al estudiante le proveen las herramientas del conocer y el hacer, lo
relacionado con la cognición, mediante la presencia de un factor indiscutible en
el aprendizaje como lo es su motivación. Son dos elementos fundamentales que
deben entrelazarse con el conocimiento metacognitivo; los cuales, según
Ugartetxea[ii], han
tomado una presencia importante como ejes del rendimiento intelectual. Esto ratifica
la posición de su necesaria inclusión en la enseñanza.
La motivación es un mecanismo
interno del estudiante que lo impulsa a la realización de una tarea y
culminarla con éxito. Un paso previo al aprendizaje (y de la enseñanza) es
identificar qué motivación posee, las
condiciones afectivas acerca del proceso y cuál elemento hará posible que
aquella se mantenga o incremente mientras realiza la tarea.
La ejecución de esa
tarea pasa por precisar los objetivos y elegir las estrategias para lograrlos,
incluyendo las acciones para ello. Es el reconocimiento de lo cognitivo. Al
respecto, Díaz-Barriga y Hernández[iii],
al referenciar a varios autores, indican que existe un patrón por parte del
estudiante para la adquisición e internalización de los recursos cognitivos, a
saber:
(a) Comienza desde no saber realizar una actividad
estratégica, porque no tiene la competencia cognitiva o no ha aprendido la
estrategia.
(b) Pasa a cuando es capaz de realizarla pero con ayuda,
en este momento ya tiene la capacidad de usar las estrategias como mediadores o
instrumentos cognitivos pero no ha internalizado ni desarrollado la regulación
metacognitiva.
(c) Hasta que
finalmente puede aplicarla voluntariamente, ha logrado una plena
internalización y conocimiento metacognitivo adecuado, con la posibilidad de
transferir las estrategias a otras situaciones.
Este
concepto se asocia con el aprender a aprender, es una coincidencia en la
mayoría de los autores. Su manejo por parte del estudiante le debe indicar el
qué y cómo se conoce el saber y el hacer; atiende al proceso mismo de
autocontrol, a la toma de conciencia de la actividad y los propios recursos
para afrontarla, así como el desarrollo de mayor independencia.
Lo
expuesto da cuenta de la conexión natural que debe darse entre motivación,
cognición y metacognición para que realmente pueda decirse que una persona (o
aprendiz) actúa bajo los parámetros metacognitivos.
Con
este marco de referencia, el énfasis en la enseñanza debe estar en estrategias didácticas
favorecedoras del aprender a gestionar el aprendizaje y la propia formación; a
través de la construcción y re-construcción progresiva de conocimientos
generales de la ciencia y particulares de la profesión, donde se internalicen
métodos y procedimientos en consonancia con los propios recursos de
aprendizaje, de manera que coadyuven con la posibilidad de una educación
permanente.
Este tema lo volveremos a tocar en otros escritos.
[i] LANZ,
M. Z. (2006). Aprendizaje autorregulado: el lugar de la cognición, la
metacognición y la motivación. Revista Estudios pedagógicos. V. 32 N° 2,
Valdivia. Ensayo
[ii] UGARTETXEA, J.
(2001). Motivación y metacognición, más que una relación. Revista Electrónica
de Investigación y Evaluación Educativa // Volumen 7 // Número 2_1
[iii]
DÍAZ-BARRIGA, F. Y HERNÁNDEZ, G. (1999). Estrategias Docentes para un
Aprendizaje Significativo. Una interpretación constructivista. 2da. Edición.
México: McGraw Hill.