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¿Cómo observar y reflexionar? Pautas para el ciclo de aprendizaje



Desde la visión de los teóricos que apoyan un aprendizaje activo y constructivo, en la construcción de conocimientos seguimos una secuencia para apropiarnos del objeto de estudio, comprenderlo y recrearlo.

Al procesar la información que nos aporta ese objeto, la asimilamos, la organizamos, la contrastamos y finalmente, la aplicamos. A partir de allí, somos capaces de visualizar el objeto desde una nueva perspectiva.

En esa secuencia, realizamos en general cuatro procedimientos distintos para comprender la realidad y aprender en forma óptima y efectiva; a saber: Observación reflexiva, Sistematización, Argumentación y Generalización y, otra vez el ciclo.

En este post, el primero de la serie de cuatro, me centraré en la Observación reflexiva.

Cómo observar y reflexionar
Primer procedimiento: Observación y reflexión 

¿Qué representa la observación reflexiva en el ciclo de aprendizaje?


De acuerdo a las acciones que realizamos para aprender, en una experiencia de aprendizaje concreta efectuamos un primer procedimiento. Observamos una realidad y reflexionamos con una intención, con base al conocimiento hasta ese momento.

Nos aproximamos a la situación, la observamos mediante ciertas operaciones de conocimiento, enfocándola a través de lo que ya conocemos de ella mediante la articulación de una percepción voluntaria y una adecuada codificación, con la finalidad de reflexivamente captar su significado en un determinado contexto.

Reconocemos, exploramos y clarificamos para llegar a un primer nivel de comprensión de esa realidad. De esta forma construimos conocimientos por intermedio de una observación y reflexión sobre lo dado, desde diferentes ángulos.

En el reconocimiento, tomamos distancia de la realidad para ir más allá de lo que ella refleja, para encontrar su sentido y lógica a fin de comprenderla, explicarla y alcanzar un primer nivel de conceptualización y conocimiento práctico. Identificamos las ideas, problemas, causas, consecuencias, afirmaciones, principios, evidencias, opiniones, descripciones u otros elementos, en el marco de la información aprendida previamente.

Cuando exploramos, indagamos en esa realidad y nosotros mismos. Podemos abstraer los rasgos definitorios de la situación, un hecho o un problema, los datos son relevantes, se perciben en el marco del saber vigente y su acción para describir y plantear una caracterización revelando lo significativo, la credibilidad, mediante sus particularidades y propiedades.

Al clarificar estamos desentrañando la información de la realidad estudiada, el eje que mueve y guía la construcción y reconstrucción de ella en el contexto temporo-espacial que la problematiza, resultado de la indagatoria realizada basada en el conocimiento previo. Así, logramos entender el propósito de una pregunta, captar diferentes significados o la relevancia de esa información, un primer momento de interpretación que anticipa y proyecta las posibilidades futuras desde la práctica.

Con la observación reflexiva se tiene el primer encuentro con la realidad, una lectura que se hace intencional, direccionada y conscientemente para reflexionar desde y fuera de ella.

¿Cómo desarrollar este primer procedimiento en nuestras clases?


Lo primero es tener claro la actividad, su objetivo, lo que se quiere conocer o hacer, para que se hará, la(s) pregunta(s) clave(s) o eje(s) definitorios y estrategias que posibilitaran el camino a recorrer para llevar la experiencia de la práctica a la experiencia de la teoría y viceversa. Es un momento predominantemente motivacional.

Lo segundo, tratar que el estudiante pase por los tres momentos, reconocimiento, exploración y clarificación de los contenidos. Se pueden abordar actividades que impliquen la identificación de ideas o situaciones en un texto, responder preguntas al inicio de una clase; caracterización a partir de un esquema o figura y, diferenciar elementos en cuanto a aspectos coincidentes o no, faltantes o sobrantes, entre otras.

Ejemplo: Reconozca en el párrafo siguiente las características particulares de la investigación como proceso que puede acometer la formación de un sujeto proactivo y constructivo.






Veamos otro ejemplo, visualizamos una película para trabajar la gestión de las emociones (y otros elementos que se puedan hacer en paralelo): Inside out, animada por computadora en 3D, de Disney Pixar. Su protagonista, Riley, cuenta al principio con una sola emoción, Alegría. Poco a poco aparecen otras, Tristeza, Ira, Miedo y Asco.

Una vez visualizada, los estudiantes deben atender a una serie de cuestiones en el orden de la observación reflexiva y abrir la discusión. Algunas son:



  • Describir a Riley y ¿Qué piensan de ella?
  • ¿Cómo se va comportando a lo largo de la película? (Identificar los cambios)
  • ¿Cuáles son las manifestaciones expresadas?
  • ¿Qué creen le está pasando a Riley? (Identificar las emociones)
  • ¿La protagonista logra controlar sus emociones?
  • ¿Cómo reaccionarían ellos si estuvieran en lugar de Riley?
  • ¿Alguna situación similar en el aula con sus compañeros?
  • ¿Qué son las emociones?




A partir de aquí entraríamos en el segundo procedimiento. Recordemos que estas cuestiones son solo guías condicionadas por el contexto, el propósito de la actividad y los estudiantes.



Lo recomendable es ir registrando toda la información para facilitar su organización, así como la de los posteriores procedimientos.




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(Fuera de Europa Inside out)

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