Conexiones entre el pensamiento elástico y otras formas de pensar
El pensamiento elástico funciona como un conector mental que nos permite movernos con presteza entre diferentes formas de pensar y se nutren entre todos, según el contexto. Veamos algunos.
Pensamiento Convergente (analítico, crítico, lógico)
Este
tipo de pensamiento es el más conocido y usado para resolver problemas de
manera efectiva, mediante el análisis y evaluación de alternativas, a fin de seleccionar
las mejores soluciones. El pensamiento elástico lo complementa en la concreción
de ideas flexibles, facilitando análisis más abiertos y profundos, en la medida
que se rompen patrones rígidos.
Ejemplo:
Tras una lluvia de ideas disparatadas sobre cómo mejorar una situación escolar,
se eligen las 3 más viables con criterios críticos.
Pensamiento
Divergente (imaginativo, explorador, creativo)
Este
pensamiento posibilita la síntesis de conceptos y la generación de múltiples
ideas, fundamentales para su desarrollo. El pensamiento elástico se enfoca en
la posibilidad de cambiar de marco mental para ver las cosas desde otro ángulo y
aplicar esas ideas divergentes, de manera creativa en situaciones cambiantes.
Ejemplo:
Inventar una forma de enseñar historia en el escenario de un videojuego de
aventura.
Pensamiento
Lateral (no lineal, ni predecible)
Aunque
es parecido al divergente, este pensamiento complementa al elástico al usar
técnicas que no siguen un camino lineal y predecible para encontrar soluciones innovadoras
fuera de lo convencional y de los patrones lógicos tradicionales, desafiando
estructuras mentales fijas y facilitando adaptarlas y aplicarlas en diversos
contextos.
Ejemplo:
Ante la resolución de un conflicto escolar, mediante una dinámica de juego de
roles, hacer preguntas abiertas para que exploren y expresen posibilidades
diferentes a las reglas disciplinarias.
Pensamiento
basado en paradojas
El
pensamiento elástico y el basado en paradojas se integran al aceptar
y considerar simultáneamente opciones y perspectivas aparentemente opuestas,
contradictorias o ambiguas, sin necesidad de resolverlas rápidamente, lo que
puede llevar a la creatividad y la innovación.
Ejemplo:
Debatir si “la libertad total puede llevar a la pérdida de libertad” sin buscar
una única verdad.
Pensamiento
Reflexivo (metacognitivo, introspectivo)
Sin
reflexión no hay elasticidad. El pensamiento metacognitivo favorece la autoevaluación
constante para cambiar de estrategias mentales según las necesidades del
contexto. Pensar sobre el propio pensamiento permite identificar cuándo cambiar
o ajustar la estrategia, perspectiva o creencia, según el contexto; por su
parte, el pensamiento elástico posibilita ese proceso y la adaptación a la
novedad.
Ejemplo:
Ante un problema nuevo, generamos diferentes soluciones y evaluamos cuáles son
las estrategias más efectivas para resolverlo, en forma consciente, de cómo las
estamos utilizando y cómo podemos mejorarlas.
Pensamiento
Argumentativo
Este
pensamiento permite ver relaciones no evidentes entre elementos complejos, de
esta manera con el pensamiento elástico se construyen y reconstruyen argumentos
desde distintos enfoques, enriqueciéndolos con alternativas y contraargumentos.
Ejemplo:
Defender una postura en un debate… y luego ser capaz de argumentar la postura
opuesta con igual claridad.
Algunas prácticas transversales recomendadas en el aula:
Ø Ofrece
espacios abiertos al debate y al pensamiento divergente.
Ø Valora
públicamente la originalidad y la curiosidad.
Ø Permite
el cambio de opinión como signo de inteligencia, no de debilidad.
En definitiva,
desarrollar la elasticidad mental es preparar al estudiantado para un mundo
donde la creatividad y la adaptación son importantes en la construcción de
conocimientos.
Imagen adaptada de Please Don't sell My Artwork AS IS, en Pixabay

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